El futuro de nuestro pueblo depende de nuestra corresponsabilidad

Quien me conoce sabe de mi optimismo y no pretendo ser alarmista con este artículo. Pero me preocupa lo que nos puede venir, si no nos detenemos a pensar y hacer el esfuerzo por cambiar determinados hábitos que pueden llevarnos a unas realidades no deseadas. 

No soy de los que piensan que cualquier tiempo pasado fue mejor. Estoy convencido de que tenemos que vivir y sentir el presente, sin dejar de vista nuestro pasado y mirando por supuesto al futuro. Pero  en esta ocasión tenemos que mirar al pasado para volver a retomar determinadas pautas de  corresponsabilidad de nuestros mayores con su tierra, que fueron y son muy buenas para construir nuestros pueblos tal y como hoy los conocemos a nivel económico y social.

Dice la leyenda que son muchas las personas que se quedaban sin gasolina al venir de Córdoba por querer llegar a Pozoblanco, al surtidor del pueblo. Decían que había que dar de comer a nuestras empresas, porque ellos también nos daban de comer. En definitiva invertían en su tierra. Y esa es una realidad a la que tenemos que volver después de esta pandemia. 

Este tiempo de confinamiento nos ha enseñado a que el comercio on-line y la globalización no tienen límites y  ha llegado a tranchas de edades que antes ni lo habían pensado. Hemos aprendido a comprar por internet y más aún hemos perdido el miedo a comprar a través de nuestros ordenadores, teléfonos o tabletas. Hemos visto que es fácil, es cómodo. Pero este aprendizaje será letal para nuestras pueblos. 

Por la experiencia de mi trabajo en localidades satélites de capitales he visto y comprobado con los testimonios que me transmitían sus habitantes, que son pueblos sin vida. Pasees a la hora que pasees están vacíos, no hay personas por las calles, solamente las ves a la hora del traslado del trabajo a la casa o viceversa.

¿Y por qué esto sucede así?. Porque la cercanía con la capital hace que apenas existan comercios, restaurantes e inclusive ofertas de ocio. Un pueblo sin comercio, es un pueblo sin alma, es un pueblo carente de alegría. Ni siquiera los fines de semana se atisba un poco de ambiente. Son pueblos fantasmas, muertos. 

Estoy convencido, de que todos los que leáis este articulo, habéis visto en estos días de confinamiento las calles de nuestras localidades, tal y como  he descrito sucede en esas localidades satélites, calles sin alma y ese será el ambiente que viviremos más pronto que tarde si no somos capaces de sostener entre todos el comercio local. 

El cambio de tendencia en nuestros hábitos de consumo serán los que determinen el futuro de nuestras ciudades y esto es corresponsabilidad de todos.

Los comerciantes y hosteleros tendrán que ponerse las pilas y estudiar las tendencias actuales de consumo y aplicar las nuevas técnicas de motivación para la compra y no quedarse solamente con la experiencia,  hay que formarse y estudiar, unirse para realizar acciones conjuntas. Las formas de vender han cambiado y están en continua evolución "Hoy no se compra de la misma manera ni se vende de la misma forma que ayer", en definitiva actualizar sus negocios. Y olvidarse de las ayudas, porque puede que sean insuficientes o no lleguen. Sois los valientes empresarios los responsables de vuestro futuro y del ajeno. 

Nosotros los ciudadanos convencernos que gastar en nuestra tierra es invertir en nuestro presente y futuro,  es generar empleo y recursos para que no haya que emigrar y dejar nuestros pueblos desiertos. Que cada euro que gastemos fuera de nuestra tierra, es un euro que no genera nada para nosotros. Que debemos empezar por reconstruir lo nuestro, si no queremos que todo se venga abajo, los consumidores seremos  parte importante en este proceso de reconstrucción de nuestra localidad.

Somos muchos los que estamos deseando volver a tocarnos, a sentir el calor humano que desprende la cercanía física de los padres, hijos, amigos. Pues hagamos que esa cercanía que tanto deseamos se transforme en las compras y gastos en nuestra localidades. Esto determinara lo que queremos para nosotros,  para nuestro presente y futuro.  TODOS MANOS A LA OBRA

Salu2 Virtuales

Javier Luna Consultor, Formador y Coach. 

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